viernes, abril 26, 2024

Agresión

La “agresión” en el ámbito internacional ha sido tema de extensos debates durante más de cuarenta años, tanto en la Sociedad de Naciones como en las Naciones Unidas. La definición precisa de este término ha sido motivo de discusión y de la promulgación de convenciones internacionales a lo largo de la historia.

El Pacto Briand-Kellog en 1928 marcó un hito al proclamar la prohibición del uso de la agresión como medio de solución de conflictos. Esta proclamación fue un paso inicial para intentar regular y prevenir el empleo de la fuerza armada entre naciones.

La primera convención que buscó definir la agresión se llevó a cabo en 1933, basada en un anteproyecto del Comité de Seguridad de la Conferencia del Desarme. Este acuerdo, firmado por la Unión Soviética y sus vecinos, estableció actos específicos que constituirían una agresión, incluyendo la declaración de guerra, invasiones, ataques armados, bloqueos navales y apoyo a grupos armados.

Posteriormente, el Estatuto del Tribunal Militar Internacional en 1945 declaró como “crímenes contra la paz” la planificación, preparación e iniciación de una guerra agresiva. Esta definición fue agregada por la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas a los Principios de Núremberg en 1950.

En el ámbito interamericano, el Tratado de Asistencia Recíproca de 1947 utilizó el término “agresión”, pero sin una definición precisa. Esto generó debates y discusiones continuas sobre cómo conceptualizar y establecer límites concretos para el término.

La Unión Soviética propuso en 1950 que la Asamblea General de las Naciones Unidas definiera plenamente quién sería considerado un agresor en un conflicto internacional. Esta propuesta fue remitida al Comité de Derecho Internacional para encontrar una fórmula adecuada que denominara la agresión o formulara declaraciones sobre su noción.

La Asamblea General creó la Comisión sobre la Cuestión de la Definición de Agresión en 1952, y posteriormente, una nueva Comisión en 1954 y 1957 con la participación de varios países miembros. A pesar de las discusiones y esfuerzos, no se logró un avance significativo debido a desacuerdos sobre la definición, especialmente entre Estados Unidos, el Reino Unido y otros países occidentales, que sostenían que no existía una acción agresiva que no pudiera justificarse como defensiva en ciertas circunstancias.

Finalmente, en 1967, la Asamblea General aprobó la Resolución 2330/XXII reconociendo la importancia de definir la agresión para el mantenimiento de la paz internacional. Esta resolución creó un Comité Especial sobre la Cuestión de la Definición de la Agresión, que trabajó durante siete años y aprobó por consenso en 1974 un proyecto de definición de agresión para su aprobación final por parte de la Asamblea General en la Resolución 3314/XXIX.

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