LA ARGENTINA PARTICIPÓ EN LA REUNIÓN DE ALTO NIVEL SOBRE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO
En el marco de la Reunión Plenaria de Alto Nivel sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs) que tiene lugar en la sede de las Naciones Unidas, el Vicecanciller argentino, Embajador Alberto D´Allotto, resaltó el establecimiento por parte de la comunidad internacional de parámetros concretos para la erradicación de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de los más vulnerables.
D´Allotto destacó la positiva evolución de nuestro país en los indicadores que miden la consecución de los ODMs, así como los logros de la estrategia nacional para lograr empleo decente, reducir la desocupación, erradicar la pobreza extrema, reducir la mortalidad infantil, mejorar la educación pública y luchar contra las enfermedades endémicas.
Discurso del Secretario de Relaciones Exteriores, Alberto DAlotto, en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre ODMs
Señor Presidente, Señoras y Señores Jefas y Jefes de Estado, Señoras y Señores Jefes y Jefas de Delegación,
Cuando, en el año 2000 la comunidad internacional se reunió en esta misma ciudad, en la llamada Cumbre del Milenio, se dio un paso significativo, en el camino hacia un mundo más justo y más equitativo.
Por primera vez, los Objetivos del Milenio establecían parámetros básicos, objetivos, concretos y tangibles para el desarrollo y la erradicación de la pobreza, que luego habrían de fructificar en metas mensurables.
Al comprometernos con el logro de estos Objetivos actuamos con la firme convicción de que el trabajo mancomunado, la cooperación y la solidaridad eran la vía ineludible para resolver los problemas más urgentes y graves que afligen a nuestros pueblos en la esfera del desarrollo.
Fueron metas ambiciosas en algunos casos, pero alcanzables, y sobre todo, de cumplimiento imprescindible en la búsqueda de la dignidad humana y el respeto de los derechos fundamentales de las personas.
Ambiciosas para muchos miembros de la Organización, también es cierto que algunas de las metas acordadas están por debajo de la realidad de los países desarrollados y dentro de las capacidades ciertas de muchos países de economías medias. Por ello, la República Argentina se asignó a sí misma algunos umbrales adicionales. Del mismo modo, identificamos como un objetivo diferenciado la generación de empleo, que consideramos esencial en los esfuerzos por alcanzar los resultados favorables obtenidos hasta el momento, como articulador central de un conjunto de políticas que permite avances sustanciales en la reducción de la pobreza, de la indigencia y en el mejoramiento de todos los indicadores sociales.
Así, la Argentina alcanzó en 2007 la meta sobre el nivel de desocupación planteada para el año 2015. Más aún, a pesar de la profunda crisis internacional que afectó recientemente a los mercados de trabajo de la mayoría de los países del mundo, la Argentina logró sostener el empleo y la tasa de desocupación se mantuvo por debajo de la meta.
En la estrategia argentina la centralidad del trabajo productivo y de calidad fue complementada con una decidida política de transferencia directa de ingresos cuya máxima expresión fue el lanzamiento del programa de Ingreso Universal por Hijo para la Protección Social, que cubre hoy a más de 3.600.000 menores de 18 años de edad. Los resultados han sido más que promisorios.
Por otra parte, desde el principio se crearon en la Argentina desde el principio estructuras especializadas para los Objetivos del Milenio en la órbita de la Presidencia de la Nación, encarándose un trabajo conjunto y multidisciplinario de los diversos departamentos de la administración pública involucrados.
Al analizar los indicadores sobre la marcha en la Argentina hacia alcanzar los ODM puedo destacar los siguientes:
En relación con el objetivo de erradicar la pobreza extrema y el hambre el planteo de reducir la pobreza a menos del 20% para 2015 fue alcanzado en el 2° semestre del 2008, en el que ya era menor al 15%. Para ese entonces la indigencia se había reducido en el 84% y era de un 4,4%.
En relación con el objetivo de ALCANZAR LA EDUCACIÓN PRIMARIA UNIVERSAL, una de las metas relativamente más accesibles para nuestro país, dada la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria desde hace décadas, se han conseguido avances considerables en lo que corresponde a metas adicionales más exigentes, en particular respecto de la educación secundaria habiéndose alcanzado, en tal sentido, algunas de las metas intermedias.
En la lucha contra el VIH/SIDA, la tasa en descenso de los casos registrados llegó en 2007al valor pautado para 2015. Cabe indicar que en este objetivo la Argentina incluyó la lucha contra otras enfermedades endémicas. Así, en ese sentido, la tuberculosis registró un descenso marcado que permite avizorar el logro de la meta de reducción de morbilidad y mortalidad por esta causa en un 8 y 10 % anual promedio, respectivamente, así como la meta de alcanzar el 90 % de curación con el tratamiento abreviado supervisado (hoy en el 83%). Para el Chagas, se estipuló certificar la interrupción de la transmisión vectorial en 19 provincias, habiéndose cumplido el objetivo en un 27 %. Para el Paludismo se estableció la meta de mantener el índice parasitario anual por debajo del 1/1000, y puede afirmarse que la enfermedad está controlada en la Argentina.
En busca de ASEGURAR UN MEDIO AMBIENTE SOSTENIBLE, las metas argentinas incluyen para 2015 que todas las políticas y programas nacionales hayan integrado los principios del desarrollo sostenible y que se haya revertido la pérdida de recursos naturales; la reducción en 2/3 de la proporción de la población sin acceso al agua potable; e idéntica disminución de la población sin acceso a desagües cloacales; así como bajar a la mitad la proporción de hogares residentes en viviendas deficitarias y en condiciones de tenencia irregular.
Otros objetivos del Milenio plantean desafíos de autosuperación relativa. Ello fue así, por ejemplo, cuando nos planteamos REDUCIR LA MORTALIDAD INFANTIL (en 2/3, tanto en la tasa general como de la mortalidad de menores de 5 años) y MEJORAR LA SALUD MATERNA (reduciendo un 75% la mortalidad). Como es lógico, aquí los progresos han sido más lentos y evidencian las dificultades generadas por una multiplicidad de factores complejos y estructurales.
Sr. Presidente, en la Declaración del Milenio, y con base en los valores y principios esenciales que dan sustancia al multilateralismo, reiteramos el compromiso común de afianzar el respeto de la dignidad humana y promover mejores condiciones de vida para todos.
Periódicamente, desde el año 2000, nos hemos reunido para analizar los progresos alcanzados en esta empresa, incluyendo nuestro encuentro de la Cumbre Mundial, en 2005.
Al cumplirse una década del establecimiento de aquellos objetivos, y a sólo cinco años del plazo final estipulado para alcanzarlos, cabe hacer una revisión sincera y profunda, y ajustar, de ser necesario, el rumbo de nuestras acciones.
Ello es tanto más relevante cuanto que en estos diez años se han sucedido una serie de graves crisis, de diversa naturaleza, que han puesto a prueba nuestra determinación de avanzar hacia el logro de los objetivos convenidos. La crisis económica y financiera global, entre ellas, ha sido particularmente dañosa y, en cierto momento, amenazó con hacer tambalear nuestras decisiones en la materia.
Esta crisis, nacida en 2008 en el corazón del mundo desarrollado afectó especialmente a muchos países en vías de desarrollo que habían sido totalmente ajenos a su generación. Aunque sus efectos más evidentes parecieran haberse atenuado, sus consecuencias continúan y nos obliga a encontrar y acordar las mejores maneras de manejar su impacto y desarrollo, para no comprometer nuestra marcha decidida en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
No creemos en las recetas mágicas en esta materia. Creemos en las virtudes del multilateralismo, en el poder de la solidaridad y en el valor de la determinación para honrar nuestros compromisos. Creemos en el impacto multiplicador de la identificación de buenas prácticas y resultados exitosos.
El camino hacia delante incluye duras pruebas para nuestra capacidad de apuntalar a aquellos sectores y países en que se muestran las mayores debilidades y rezagos.
No es una tarea que pueda emprenderse individualmente, si queremos tener alguna perspectiva de éxito. Es ésa una de las razones por la que mi país tiene la convicción de que debe fortalecer sus procesos de integración y cooperación, particularmente en el MERCOSUR y en la UNASUR.
Por lo mismo, exhorto a las naciones aquí representadas, y en especial a los países desarrollados, que mantengan los compromisos que asumieron en diversos ámbitos como consecuencia de la Declaración del Milenio, tanto en términos de ayuda financiera como de cooperación internacional. Sin ello, muchos de los esfuerzos que se hacen al presente para alcanzar las metas en el año 2015 podrían verse seriamente comprometidos.
Muchas gracias.
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