jueves, marzo 28, 2024

Federación Interamericana de Educación

En 1928, la National Education Association de los Estados Unidos concedió autoridad al Dr. Glen Levin Swiggett, para someter a los varios Ministerios de Educación su proyecto (eferente a la creación de una federación de los educadores de América y, en particular, para discutirlo con los principales educadores y asociaciones de enseñanza en los países latinoamericanos. El Presidente de la Association, alentado por la favorable acogida del proyecto, convocó una Con ferenda Interamericana de Educación (supra, Apéndice A, núm. 80), de carácter informal, la cual se inauguró en Atlanta, Georgia, concurrentemente con la 67a Reunión Anual de dicha asociación norteamericana, el día 1º de julio de 1929. En aquella ocasión se tomó la decisión de continuar la obra de organización ya emprendida. Diez países estuvieron representados en la Conferencia de At-

lanta. En 1933, cuando diecisiete Repúblicas americanas hubieron expresado su aprobación de teles labores, se nombró a un comité de organización cuyos miembros eran nacionales de los siguientes países: Brasil, Estados Unidos de América, Guatemala, México, República Dominicana, Uruguay, Venezuela. El Dr. Swiggett fue designado como Presidentede ese comité, el cual había de tener su sede en la ciudad de Washington.

El programa de la Conferencia de Atlanta consistió simplemente eij discusiones y en la presentación de trabajos sobre dos temas fundamentales, a saber, enseñanza de oficios y educación moral. Por ahora, la Federación se dedica principalmente a estos mismos temas, en la esperanza de que los educadores americanos, organizados del modo indicado, hayan de cooperar independientemente de los varioe gobiernos para crear, en la medida que resulte ser posible, un organismo de carácter informal destinado a servir como foro para la discusión de estos dos tipoe básicos de educación. En efecto, la Federación cree que la cooperación continental, especialmente en lo que toca a la promoción del bienestar social, tiene que basarse—si ha de ser eficaz—en una comprensión más adecuada de cuestiones cívicas y en una mayor capacidad económica por parte de los pueblos cooperadores: objetivos que no podrán ser conseguidos sino por medio de los doe tipoe de enseñanza ya señalados. Con tal motivo, la susodicha Conferencia adoptó una resolución sobre la conveniencia de seguir dando énfasis, en las asambleas subsiguientes, a esos dos temas principales, que debían considerarse como punto de partida en la elaboración de los respectivos programas.

Varios congresos latinoamericanos y panamericanos, y en particular los Congresos Científicos, han tratado extensamente del concepto de la educación, en su sentido más amplio; pero, el propósito y el plan básicos de la Federación Interamericana de Educación fueron ideas originales, concebidas por el Presidente del Comité Organizador de la misma, mientras desempeñaba el cargo de Secretario General Adjunto del Segundo Congreso Científico Panamericano durante el invierno de 1915-16 (supra, Apéndice A, núm. 20). El proyecto así concebido tardó en realizarse hasta 1929, en la ocasión de la Conferencia de Atlanta. Entretanto, el Tercer Congreso Científico Panamericano, verificado en Lima en el invierno de 1924-25 {supra, Apéndice A, núm. 21), había aprobado una resolución, sometida por el iniciador de dicho proyecto, recomendando a las Repúblicas americanas que colaborasen unas con otras para estimular la educación de todos sus pueblos en los campos social y de enseñanza práctica.

Posteriormente a la Conferencia de Atlanta, el Comité Organizador—ayudado por los varioe comités nacionales de cooperación, o bien por las asodadones educacionales y ministerios de educación en los países cuyos educadores aún no estaban adecuadamente organizados para el proyecto de que se trataba—emprendió la construcción de un organismo más permanente, promoviendo a la vez l?s dispoeidonee relativas a una Segunda Conferencia. Cuba, Chile y México fueron tomados en consideración como posibles sedes de esa segunda reunión. Deludo a varias circunstancias políticas y económicas, la proyectada Conferencia (celebrada por fin en Santiago de Chile; véase supra, Apéndice A, núm. 81) tardó en verificarse hasta septiembre de 1934. En su programa y organización, la segunda asamblea se desvió notablemente del propósito originalmente adoptado por la Federación, cambio de dirección bastante lamentable, pero necesario tal vez, en aquel momento, al parecer del comité local. Ya que el Gobierno de Chile y los delegados diplomáticos de otros países dieron a la Conferencia una forma más o menos análoga a la de las Conferencias panamericanas (las cuales suelen ser organizadas por los respectivos gobiernos), la propia asamblea se encargó de designar la fecha y sede de la próxima reunión, atribuyéndose además las fundones de un órgano coordinador central para el ínterin. En particular, corresponde advertir que a los temas de educación moral y enseñanza de oficios no se les acordó la atención especial implícitamente exigida por la ya referida resolución de la Primera Conferencia.

Por lo demás, en su carácter de conferencias educacionales generales, tanto la de Santiago como la Tercera, celebrada en México, D. F., a fines de agosto de 1937 (supra, Apéndice A, núm. 82), fueron reuniones de notable valor. No obstante lo cual, la Federación no puede menos de deplorar la forma en que se organizó la Conferencia de México (o sea la forma típica de los congresos gubernamentales) así como los defectos del programa, restringido excesivamente por una parte, pues se le dió un carácter demasiado local, y ampliado más de lo coaveniente por otra parte, debido a la indusión de temas ajenos al propósito adoptado por la Federación en los primeros días de su existencia y todavía reconocido por día.

El Comité Organizador sigue poniendo énfasis en ese propósito original, en la esperanza de que, bajo auspidos y en circunstancias más propidos, las Conferencias futuras hayan de moetrar una mejor comprensión de dicho objetivo, amimiendo de nuevo una forma más sencilla, más democrática, y por lo tanto más eficaz para el desarrollo de los doe tipoe fundamentales de enseñanza en cuyo interés fue creada la Federación.

Dirección postal del Presidente del Comité Organizador: 42 The Mendota, 9, Washington, D. C.

[Informe redactado por el Presidente del Comité Organizador.]

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